FUEGO EN EL AIRE. José Miguel Moreno Sabio. Grupo Cosmos 21. Carlos Galán (director)

Fuego en el aire. Monográfico del compositor José Miguel Moreno Sabio. Grupo Cosmos 21. Carlos Galán (director). València: LIQUEN RECORDS. DL: V-3552-2022 — LRCD024. PVP: 15€

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CRÉDITOS

Música de José Miguel Moreno Sabio,
Mauricio Ohana, Hans Werner Henze
Productor: Grupo Cosmos 21
Ingeniero de sonido: Pedro Baselga
Mezclado y masterizado por Infinity Estudios de Madrid (27 de octubre y 3 de noviembre de 2022)
Textos: Carlos Galán, José Miguel Moreno Sabio
Traducción: Gary Smith
Fotógrafos: Fotos Grupo Cosmos 21 y Pilar Toro
Portada: Manolo Prieto. Cuadro Fuego en el aire, realizado ex profeso por el artista
y creado a partir de una fotografía de la Desbandá.
Diseño gráfico: Cap i Cua (Alexis Moya)
© 2022 Grupo Cosmos 21
© Liquen Records
DL: V-3552-2022 · LRCD024 liquenrecords.com

La grabación se realizó durante el concierto celebrado en el Auditorio de Cuenca el 15 de junio de 2022. Todas las obras contenidas en el CD son primeras grabaciones mundiales (lo que incluye tanto las obras
interpretadas por el Grupo Cosmos 21 como la de los distintos solistas).

 

Booklet in Spanish and English

PATROCINADORES

LISTA DE COMPOSICIONES

1. Fuego en el aire I (5.28)
2. Fuego en el aire II (3.49)
3. Comme des brouillards silencieux (9.25)
(Inma Calzado, piano solista)
4. Oda a los niños muertos (8.17)
(Carlos Galán, piano)
5. Momento musical para un cuadro abstracto (3.24)
(Joaquín Franco, saxo)
6. Tiento* (4.22)
7. Tres tientos I** (1.38)
8. Tres tientos II** (1.32)
9. Tres tientos III** (2.08)
10. Arieta imaginada (3.33)
(Valentina Martínez, flauta; Marta Aparicio, guitarra)

11. Sonatina para flauta y piano: Movimiento I (2.32)
(Clara Burgos, flauta; Jorge Fontela y Juan Martínez, piano)
12. Sonatina para flauta y piano: Movimiento II (2.38)
13. Sonatina para flauta y piano: Movimiento III (3.22)
14. Sonata para violín y piano nº 2: Movimiento II (6.05)
(Alejandro González, violín; Marta Leiva, piano)
15. Sonata para violín y piano nº 2: Movimiento III (7.24)
16. Sons do caboclo. Improvisacão (5.40)

(Marta Leiva, piano)
17. Sons do caboclo. Dança do sapo Jururu (4.17)
18. Fuego en el aire II (bis) (3.51)

 

Duración total: 79:48
* Mauricio Ohana

** Hans Werner Henze
Obras de José Miguel Moreno Sabio

Las señaladas con asterisco están instrumentadas por él

NOTAS DEL DISCO

FUEGO EN EL AIRE

Con este disco el Grupo Cosmos 21 abre la colección “Infrecuentes” con Liquen Records, continuando con la línea marcada en anteriores entregas discográficas suyas, como las protagonizadas por la obra de Daniel Zimbaldo (Big Music) y Valentín Ruiz (Nibius). Su apoyo a la creación española contemporánea cobra aún más razón de ser en atención a ciertos autores infrecuentes en las programaciones oficiales. En el caso del motrileño José Miguel Moreno Sabio, debido a un paradigmático desdén hacia la tarea de proyectar y difundir su extraordinario catálogo. Afirmaba el compositor Carlos Cruz de Castro que hay dos tipos de compositores: “los que les encargan porque componen y los que componen porque les encargan”. Hay un tercer estadio: aquellos que desconocen el oficio más elemental de medrador, tan abundante en la profesión artística, dedicándose a componer en la soledad del hogar para, en muchas ocasiones, concluir una obra y meterla en el cajón. Por desgracia, cuando un oído crítico escucha el portentoso vigor del lenguaje de Moreno Sabio, su profundo conocimiento del discurso sonoro o su dominio de la técnica instrumental y coral (él, asimismo, buen pianista y acompañante habitual), lamenta profundamente que su obra no haya tenido muchísima más difusión, con lo que se hubiera engrosado su catálogo, a buen seguro, con nuevas peticiones. En cualquier caso, ya es muy nutrido, con una ópera de cámara, cantatas, obras corales, numerosas composiciones de cámara para diversas agrupaciones y media docena de piezas orquestales. Precisamente con motivo del estreno en Russe (Bulgaria) de su “Estudio para orquesta nº 1”, por la Orquesta Sinfónica de la ciudad dirigida por I. Yepes (octubre de 1995), compartimos programa y viaje y supuso una nueva confirmación de la extraordinaria factura de su lenguaje sonoro. En ese mismo otoño, le dedicaría mi “Interludio Matérico I” y de seguidas recibiría el grupo una primera composición, “Septetino Cósmico”, a la que luego han seguido, en tiempos recientes, algunas de las magníficas obras que integran este
disco.

Todas y cada una de las piezas registradas son una muestra fehaciente de su buen hacer y excelente tratamiento instrumental, así como de su gran musicalidad. Imposible no admirar sus revisiones del pasado: desde la sencillez de la bachiana “Arieta imaginada”, a la cuidada instrumentación de las delicadas piezas guitarristicas de Mauricio Ohana y de Hans Werner
Henze, terminando por la sutil inspiración debussyana de “Comme des brouillards silencieux” —con cita incluida y guiños matéricos en el arpa del piano y con la presencia de tímbricas no convencionales—. El Moreno Sabio de motivos rítmico-armónicos angulosos se destapa en la “Sonatina para flauta y piano” y en la contundente “Sonata para violín y piano nº 2”, que tuve el honor de que igualmente me la dedicara. Por su parte “Sons do caboclo” nos transporta a ritmos brasileiros, sin renunciar a su peculiar discurso sonoro.

El compositor José Miguel Moreno Sabio, rodeado de los intérpretes y colaboradores que participaron en el concierto monográfico en el Auditorio de Cuenca en 15 de junio de 2022

Sin embargo, el lenguaje del compositor alcanza su cima cuando muestra su honda preocupación humanística, poniendo el foco en una crítica profunda hacia nuestro beligerante entorno. Sea por la deshumanización y desafecto social hacia el devenir de los emigrantes, planteado en “Oda a los niños muertos”, o por su denuncia a la criminal barbarie que supuso “la Desbandá” andaluza de nuestra guerra incivil (de tantísima vigencia en el actual éxodo del pueblo ucraniano, uno más que sumar al de las poblaciones de otros seis países con conflictos militares abiertos). He comprobado en todos los conciertos en los que he interpretado tanto la obra pianística como las dos piezas de grupo, su portentosa carga expresiva, que deja literalmente conmocionado al público con sus abruptos silencios y desgarradores ataques. No en vano, la media docena de veces que he dirigido “Fuego en el aire” hasta la fecha, la he ubicado como cierre del programa ya que, tras una descarga sonora de estas características poco más se puede decir. El título de la obra se lo sugerí a partir de una composición mía, “Aires de fuego”, también presente en uno de los programas donde la pensaba emplazar. Conociendo de primera mano su empeño en una futura ópera titulada “La Desbandá”, le propuse que dejara esbozados dos de los interludios de tan dramática creación, como modo de que adelantara el trabajo de un proyecto monumental, que en modo alguno podía quedar inacabado. El resultado es demoledor y la obra no puede ser un ejemplo más claro de la contundencia y expresividad del lenguaje actual, que traspasa estéticas y estilos. Un autor infrecuente que deberíamos rescatar sin dilación.

El disco fue grabado en directo en el concierto monográfico que le dedicáramos el 15 de junio en el Auditorio de Cuenca, con motivo de su jubilación de la docencia en el Conservatorio Profesional de Cuenca (motivo añadido para contar con la colaboración de jóvenes solistas que pasaron por nuestras aulas del conservatorio). Con el registro live records que caracterizará toda la colección no sólo se intenta recoger la plasticidad y fuerza expresiva del concierto y el programa sino, al mismo tiempo, reflejar el compromiso y trabajo del Cosmos 21 a la hora de afrontar la primicia mundial de todas y cada una de las obras que pone en sus atriles, que tiene que partir de una profunda maduración de las piezas, previa a su estreno.

De cara a preservar la contundencia del mensaje sonoro y la fuerza interpretativa de las versiones, hemos dejado en la obra que cierra el CD, el mayúsculo silencio que se creó tras la finalización de la misma y la prolongada salva de aplausos y ovaciones que le siguieron, testimonio fiel de la emoción sonora vivida en el concierto.

Carlos Galán, Madrid, octubre de 2022

Grupo Cosmos 21

Notas del autor de las obras

Fuego en el aire (I-II)

En la actualidad estoy inmerso en un proyecto a largo plazo consistente en la composición de la que será mi segunda ópera. El asunto elegido nos sumerge en un terrible episodio acontecido durante la Guerra Civil española de 1936. Me refiero a “La Desbandá” que se produjo en la ciudad de Málaga al ser tomada en febrero de 1936 por las tropas del general Queipo de Llano. De esa tragedia nos quedan relatos rigurosos de testigos que vivieron “in situ” los acontecimientos que se narran en la obra.

Los dos movimientos titulados “Fuego en el aire” pertenecen a sendos momentos de gran carga dramática del acto II de la ópera. Respecto a estos acontecimientos, Norman Bethune dejó escrito en “El crimen de la carretera Málaga-Almería” (1937) lo siguiente:

“Venían primero los más fuertes, los que habrían podido transportar sus cosas en burros, mulas y caballos. Luego, el espectáculo se hacía más lastimoso. Miles de niños, contamos cinco mil menores de diez años, y por lo menos mil de entre ellos iban descalzos y cubiertos apenas por harapos. Las madres los llevaban echados al hombro o tiraban de ellos por la mano.
Entonces, unos cuantos aviones pasaron sobre nuestras cabezas. Brillantes aviones plateados: bombarderos italianos y Heinkels alemanes. Se lanzaron hacia la carretera y, como una maniobra de tiro rutinaria, sus ametralladoras trazaban dibujos geométricos entre los refugiados que huían.
De pronto el bombardeo cesó y el rugido de los aviones se perdió en el cielo. El ataque había pasado, pero quedaban los muertos y los moribundos”.

“La Desbandá” pretende ser una denuncia de la cultura de la fuerza, el odio, la envidia, la violencia y la intolerancia que ha sido impuesta desde el poder a todos los seres humanos desde las primeras civilizaciones.

Ambas composiciones fueron encargo del propio Carlos Galán, para remate del concierto monográfico que me dedicó junto al Cosmos 21 en el Auditorio de Cuenca y para incluirlas en los programas de “Músicas del Cosmos 2022”, dedicados al Fuego y al Aire.

Comme des brouillards silencieux

Esta obra, compuesta en 2016 por encargo de Cosmos 21, cierra una serie de trabajos que bajo el epígrafe Música nocturna inicié en 2001 con “Come un eco lontano” (Música nocturna para piano a 4 manos). Compartiría con “Come un zeffiretto azzurro” (Música nocturna para flauta, violín y violoncello, 2007), segunda obra del ciclo, su carácter intimista, siendo su objetivo sumergir al oyente en un mundo de imágenes oníricas y colores sonoros. Se trata de un concertino-nocturno para piano y cinco instrumentos, parte de una cita de Debussy (“Brouillards”, Preludes, Libro II). El lenguaje debussyano es sometido a una transformación paulatina para conectarlo a mi propio mundo sonoro a partir de elementos comunes. La vuelta a la cita, al final de la obra, ya no permitirá la literalidad, sino que se producirá a través de un lenguaje derivado del encuentro de ambos sistemas expresivos. Fue encargo del Cosmos 21 para un programa por su XXX aniversario, en base a concertinos para cada uno de sus solistas, que llevaron a diversos festivales españoles.

Oda a los niños muertos

Siempre he mostrado mi preocupación y solidaridad hacia las víctimas de los conflictos, ya sean bélicos o simplemente sociales, y muy en especial cuando se trata de niños. Los bombardeos diarios en Yemen, los ataques dirigidos a la población palestina en Oriente Próximo o la huida de la población civil ucraniana, entre otras calamidades, se ceban en la población más indefensa, los niños. La obra es un grito desesperado contra las situaciones mencionadas, además de una denuncia contra las sociedades que las llevan a cabo o aquellas otras que las toleran.

Hala lala layya
Agita tus alas como una paloma
y vuela hacia la libertad.
Ve y grita bien alto
que Dios tenga misericordia
de los que se fueron.

Esta complejísima partitura, compuesta en 2018, ha dormido en un cajón a la espera de un pianista-músico que fuera capaz de hacerse cargo de ella. Su estreno absoluto se lo confié a Carlos Galán en el concierto monográfico que me dedicó en el Auditorio de Cuenca.

Fuego en el aire, del artista Manolo Prieto

Momento musical para un cuadro abstracto

En febrero de 2019 fui invitado a participar en un “Conciertoencuentro. cosmos”, celebrado en la Sala Cubiles del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, adscrito a “Músicas del Cosmos 2019”. Como obra de estreno para este concierto compuse esta partitura. Se trata de una breve pieza para saxofón alto solo que recrea, desde los sonidos, el cuadro Ornitóptero de Fernando Zóbel (1962).

La partitura arranca desde el registro centralgrave del instrumento con sonidos tenidos. Una sección central con figuraciones rápidas en ascenso hacia los límites agudos del registro buscará densificar la textura sonora a partir del empleo de multifónicos y otros recursos tímbricos del instrumento.

La descripción del movimiento ascendente contenida en el cuadro de Zóbel culmina con una breve coda en el extremo agudo del registro del saxofón.

Tiento y Tres Tientos de Hans Werner Henze

Tanto el “Tiento”, del compositor hispano-francés Mauricio Ohana, como los tres movimientos que constituyen “Tres Tientos”, del alemán Hans Werner Henze, son una petición expresa de Carlos Galán de instrumentar —para diversos músicos del Cosmos 21— dos obras emblemáticas del repertorio guitarrístico del XX. Ambas partituras fueron estrenadas e insertas en un programa dedicado a los tientos (hermanados con los tangos flamencos), “Diversas lecturas del tango”, en su ciclo de “Músicas del Cosmos 2021”, y realizado el 17 de octubre de 2021 en Tres Cantos.

Arieta imaginada

Compuesta en 2009 por encargo de mi compañero Félix Sanz, guitarrista y docente, se trata de una sencilla melodía para flauta que se asienta sobre un arreglo para guitarra del Preludio de la Suite BWV 1007 de J. S. Bach.

Sonatina para flauta y piano

En 1987, por encargo de la flautista María Virginia Romero y la pianista Gloria Munuera, nació esta obra cuyo estreno se produjo en el Auditorio de la Asunción de Albacete. Posteriormente, fue revisada en 2015 para su inclusión en la programación del festival motrileño “Música Sur”. En este caso los intérpretes fueron Álvaro Octavio y Juan Carlos Garvayo. Es una pieza a la que tengo mucho cariño porque me retrotrae a mis primeros tiempos como compositor profesional, con toda la carga emotiva y de ilusiones que ello conlleva.

Sonata para violín y piano nº 2

En 1996 recibí el encargo de componer una obra para violín y piano por parte de Juan Carlos Garvayo, excelente pianista motrileño. El estreno se realizó durante los actos de reapertura, tras su rehabilitación, del bellísimo Teatro Calderón de la Barca de Motril. La partitura, revisada posteriormente en 1998, es una pieza de gran exigencia técnica para los intérpretes en sus dos movimientos extremos, que enmarcan un hiper-expresivo movimiento central. El segundo movimiento despliega amplios arcos melódicos sustentados en escalas modales, recurso técnico que se me presentaba muy atractivo en los tiempos de la composición de esta sonata, mientras que el tercero presenta un gran dinamismo y aire alegre. La obra está dedicada a Carlos Galán.

Sons do caboclo

Esta obra, compuesta en 2018, responde a un encargo del pianista brasileño Alexandre Alcantara. Articulé la pieza en dos movimientos que se apoyan en música popular brasileña con la finalidad de acercarme a la cultura del autor del encargo. El término caboclo se utiliza en Brasil para referirse a comunidades de agricultores indígenas de la región amazónica. Los sones del caboclo quedan impresos en canciones como A canoa virou, que sirve de base melódica a Improvisacão, o Sapo Jururu, que estructura la danza que cierra la obra.

Biografías

José Miguel Moreno Sabio

José Miguel Moreno Sabio (Granada, 1956) estudia en el RCSMM bajo la dirección de A. Gª Abril y C. Bernaola (Composición) y F. Puchol (Piano). Finalizó sus estudios obteniendo el “Premio Extraordinario Fin de Carrera de Composición”. Paralelamente se formó como “Pianista Especializado en Repertorio Vocal Estilístico” con Miguel Zanetti en la Escuela Superior de Canto de Madrid y “Psicología” en la UAM. Ha recibido numerosos premios, así como encargos, destacando su ópera “Isabel” (Temp.14-15 del Teatro de la Zarzuela). Se han interpretado sus obras en el Auditorio Nacional de Música (Madrid), CBA de Bellas Artes de Madrid, Auditorio “A. Soler” (UCIII-Madrid), Auditorio del CDMC (Madrid), Auditorio Nacional de Música de Andorra, Auditorio de la Filarmónica de Ruse (Bulgaria), Casadesus Hall (Universidad de Binghamton, Nueva York), Teatro Nacional de la República Dominicana, Sala René Marqués de San Juan (Puerto Rico), Teatro de la Ópera de Cottbus (Alemania), Teatro Auditorio de Cuenca y CAEM de Salamanca. Empezó como profesor en el Conservatorio de Albacete en 1986 y de 1989 a 2022 está en el “P. Aranaz” (Cuenca), donde imparte las asignaturas de “Armonía”, “Análisis” y “Fundamentos de Composición”. En otros ámbitos educativos ha colaborado con varias universidades dictando ponencias y cursos acerca de la composición y el análisis. Actualmente dirige el “Curso de interpretación estilística aplicada al canto: lied y canción española y extranjera” que se imparte en la sede conquense de la UMP.

Marta Aparicio, guitarra. Titulada superior en Guitarra Clásica por el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y Máster en Investigación Musical. Cabe destacar los numerosos conciertos que ha efectuado tanto como solista, como en grupos de cámara o banda, pasando por diversos escenarios desde pequeños auditorios a grandes festivales o diferentes medios de comunicación como RNE.

Alejandro González Romero, violín. Nacido en Cuenca en 2001, comienza su formación musical a una temprana edad de la mano de su padre y continúa sus estudios en el Conservatorio Profesional de la misma ciudad, donde trabaja 4 años, bajo las enseñanzas de José Miguel Moreno Sabio, armonía, análisis musical, tecnología musical y contrapunto. Matrícula de Honor de 1º a 6º en Violín y Premio Extraordinario de Enseñanzas Artísticas Profesionales en la CCM. Actualmente cursa 3er Curso del Grado Superior en el CSMA. Mención de Honor y Segundo Premio (2013) y Primer Premio (2015) en el Concurso de Solistas de Quintanar del Rey y Mención de Honor en el V Concurso Nacional de Jóvenes Intérpretes “Ciudad de Cuenca”.

Clara Burgos, guitarra. Música, flautista, maestra y orgullosa receptora de cientos de amenazas de salir por la ventana por parte de José Miguel Moreno Sabio de las que siempre ha salido airosa (ahora hasta se alegra de verme). Titulada por el RCSM de Madrid.

Jorge Fontela, piano. Comienza sus estudios de música en el conservatorio “Pedro Aranaz” de Cuenca. Actualmente continúa sus estudios de grado superior de piano en el RCSMM.

Marta Leiva Egido, piano. Se forma en el Conservatorio Pedro Aranaz de Cuenca y es alumna de José Miguel Moreno Sabio entre 2008 y 2012, recibiendo de él formación en armonía, fundamentos de composición, análisis y música de cámara. Posteriormente estudia en el RCSMM y en la Hochschule für Musik und Theater en Hamburgo. Actualmente, es profesora en el CPM “Victoria de los Ángeles” de Madrid.

Valentina Martínez, flauta. Comienza sus estudios musicales en el Conservatorio Profesional de Música “Pedro Aranaz” de Cuenca, donde magníficos profesores y profesoras le descubren una vocación que más adelante seguirá persiguiendo en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y, actualmente, a nivel profesional. Participa como flautista en diversos proyectos artísticos y es profesora en la Red de Escuelas Municipales de Música de Madrid.

Juan Martínez, piano. Comenzó sus estudios a la edad de 9 años en el conservatorio Pedro Aranaz de Cuenca, bajo la atenta supervisión de profesores como José Miguel Moreno Sabio, actualmente continúa sus estudios en el RCSMM.

Joaquín Franco, saxos. Nace en Tavernes de la Valldigna (Valencia). Se forma en los Conservatorios de Valencia, Madrid y París con los profesores Castellano, P. Iturralde y Deffayet. Es solista internacional con una amplia trayectoria discográfica. Es artista internacional Yamaha y toca con saxofones Yamaha Custom 875 EX GP.

Inmaculada Calzado, piano. Nace en Madrid, en cuyo conservatorio obtiene los títulos de Profesora Superior de Piano y de Música de Cámara y el Diploma Elemental de Percusión. Licenciada en Psicología por la UAM y Postgrado en la London School of Economics. Ha realizado grabaciones como solista para RTVE y Antena 3. Ha colaborado como pianista solista con el grupo de danza El Laboratorio (Universidad Carlos III). Es profesora en el Conservatorio Amaniel de Madrid.

Grupo Cosmos 21

GRUPO COSMOS 21 (www.grupocosmos21.com)
XXXV Temporada

Se presentó al público en febrero de 1988 con un doble concierto en el CBA, dentro de un ciclo de jóvenes compositores. Realiza una media de 25 conciertos anuales. Protagoniza el encargo y estreno de más de 300 obras dedicadas expresamente al grupo. Estrena a más de 200 autores españoles y europeos. Grabaciones para RNE y TVE. 20 discos publicados. Programas propios siempre temáticos. Festival de Músicas del Cosmos con 9/12 programas anuales. Ciclos en Madrid, Barcelona, Valencia, Murcia, Córdoba, Salamanca, Cuenca, Santiago, Ciudad Real o Sevilla.
Ciclo de Solistas del Cosmos (16 programas) Ciclo de concierto encuentro.cosmos (24 programas)
Pionero en Europa en el cuidado de aspectos extramusicales como son el vestuario, tocar de pie, movimientos escénicos y luminotecnia. Pionero en España en la creación de programas pedagógicos. Fuerte carga comunicativa en cada programa. Gran cuidado en la maduración y presentación de las obras. Ha realizado giras por América, Cuba, Italia, Eslovenia y Japón. Ha estrenado dos conciertos (Concerti Grossi) para grupo y orquesta (ORCAM-Auditorio Nacional y OUAM) y actuado en el escenario del Teatro de la Zarzuela. Ha participado en más de 50 Festivales y temporadas de conciertos (destacando los Festivales Internacionales de Santander, Alicante, ENSEMS, Tres Cantos, COMA, Nits d’Aielo, Segovia, Música Contemporánea de Granada y de Málaga, Música Española de León, temporadas del CDMC, CNDM, Teatro de la Zarzuela, Fundación Juan March, etc.).

Monográficos de Barber (Santander, Madrid y Valencia), Fdz. Álvez (CDMC y Universidad de Valladolid), Mestres Quadreny (Barcelona, Madrid y León), Villa Rojo (Madrid y Guadalajara), Barja (León y Madrid), Zimbaldo (Madrid y Murcia), Galán (Madrid, Valencia, Barcelona, Universidad de Alcalá, Murcia o Salamanca) y en Madrid de Cruz de Castro, Marco, Angulo, Zavala, Balyosov, Igoa, Luppi, Carretero, Fdz. Álvez, Ruiz, Moreno Sabio, Torres, Fdz. Reymonde, Muñoz y Santiago y ciclos sobre Tàpies, Escuela de Viena y Minimalismo. Han colaborado pintores como Carmen Bermejo (10º aniversario, instalación), Manuel Prieto (15º aniversario, carpetas y vestuario), Iraida Cano (20º aniversario, escultura), Gustavo Torner (25º aniversario, carpetas), Ejti Stih (30º aniversario, colgantes) y Manolo Rufo (35º aniversario, carpetas).

 

El Grupo Cosmos 21 está integrado por: Vicente Martínez, flauta y flauta en sol, Catedrático del RCSMM; David Arenas, clarinete si b. Profesor del Conservatorio de Móstoles; Joaquín Franco, saxo mib. Catedrático del RCSMM; Emilio Sánchez, violín, Profesor del Conservatorio M. Torroba de Madrid; Raúl Pinillos, violonchelo, Profesor del Conservatorio Amaniel de Madrid; Inma Calzado, piano, Profesora del Conservatorio Amaniel de Madrid; Jesús Campo, piano, Correpetidor de la OCNE; Luisa Muñoz, pequeña percusión, Profesora en el IES Cervantes e IES Emp. M.ª Austria, y Nevenka Galán, coordinadora, Catedrática del IES Beatriz Galindo.

Carlos Galán, director.

Carlos Galán, entre Luis de Pablo y José Miguel Moreno Sabio

Carlos Galán, piano y dirección (Madrid, 1963). Vive para nacer a cada instante. Estudia en el RCSMM donde se gradúa con varios títulos superiores y con diversos Premios de Fin de Carrera. Entra de profesor en 1985 en dicho centro y tras ganar cinco oposiciones, incluyendo las Cátedras de Composición y la de Improvisación, ocupa en el centro esta última, la que siempre defendió. Becas para cursos de piano, dirección y composición por Italia, Bélgica, Polonia, Alemania y Hungría. Elegido como pianista en las I y II Muestras Nacionales. Repetidas giras por América, Japón e Italia. Como director se ha centrado en la dirección del Grupo Cosmos 21. Seleccionado para el concierto final del Festival Internacional de directores de Szombathely. Graba él mismo para Iberautor su obra completa para orquesta y dos triples CD con la Integral de su Música Matérica (Iberautor y Several Records), para un total de 21 discos publicados. Escritor de numerosos ensayos y de varios libros (los últimos, “Improvisación en el flamenco” y “Topologías sonoras”). Como pianista ha estrenado más de un centenar de obras de los más prestigiosos autores a las que sumar otros tres centenares como director. Como compositor, más de 120 obras, multipremiadas y estrenadas en festivales de todo el mundo.

DOSSIER DE PRENSA

Memoria histórica, derechos y acogida del inmigrante, apertura a la multiculturalidad o reivindicación de un arte en clave humanista. Son, estos, algunos de los temas que se asoman a las partituras del disco que hoy presentamos y, por ello, cuestiones de la máxima actualidad en un momento marcado, en España, por la inminencia de una cita electoral sobre la que planea la negra sombra del crecimiento de una extrema derecha que supone un claro riesgo para muchas de las conquistas culturales, cívicas y sociales logradas en nuestro país desde la Transición.

No es difícil imaginar, por tanto, que el compositor granadino José Miguel Moreno Sabio (Motril, 1956) haya ido captando las señales que a nuestro alrededor se han ido acumulando a lo largo de los últimos años, para ponerlas sobre los atriles y propiciar, con su música, una nueva línea de reflexión sobre cuestiones que nos pudieran parecer más sólidamente asentadas en nuestra sociedad, pero cuya fragilidad ha sido puesta de manifiesto por muchos de los recientes pactos políticos en numerosas ciudades y autonomías de nuestro Estado, en los que han rebrotado censuras y represiones de la libertad de expresión como las que vienen denunciando diversos colectivos artísticos y teatrales en las últimas semanas.

Todo lo relacionado con la memoria histórica es un buen ejemplo de ello, y así lo pone de manifiesto José Miguel Moreno en los dos fragmentos de la que será su segunda ópera (en proceso de composición) aquí desgajados como piezas para conjunto de cámara. Nos referimos a Fuego en el aire (2022), que toma su temática de un acontecimiento histórico acontecido el 8 de febrero de 1937 en la carretera que va de Málaga a Almería, definido por David Bollero como «la peor matanza vivida durante la contienda», al sumar —según el historiador Miguel Alba— cinco mil muertos, tanto por la saña de las tropas sublevadas como por el abandono del gobierno republicano, lo que convierte a «La Desbandá» —como se conoce a esta masacre— en un hecho incómodo para ambas partes en conflicto durante la Guerra Civil.

José Miguel Moreno transforma «La Desbandá» en una música marcada por la urgencia y una angustiosa direccionalidad que hace del ensemble una huida continua, asediada esa gran marcha por constantes ataques instrumentales de explícita violencia y ecos de la música popular, que emergen en tan crispada escena acústica como un asomo de pureza y una reverberación de tiempos pretéritos. Estamos ante un lenguaje musical básicamente armónico, si bien forzado hasta la disonancia para ejemplificar la tensión experimentada por las miles de personas asediadas en su intento de huida. Más allá del infausto episodio al que nos remite Fuego en el aire, para Moreno Sabio la voluntad de denuncia trasciende lo local y una contingencia histórica concreta, pues de su trabajo compositivo a partir de «La Desbandá» afirma que «pretende ser una denuncia de la cultura de la fuerza, el odio, la envidia, la violencia y la intolerancia que ha sido impuesta desde el poder a todos los seres humanos desde las primeras civilizaciones».

Con análogas connotaciones, y con un título de reminiscencias mahlerianas, Oda a los niños muertos (2018) muestra la preocupación y la solidaridad de José Miguel Moreno con las víctimas de los conflictos bélicos de todos los tiempos, muchas de cuyas más recientes instantáneas pueblan los imaginarios colectivos de una Europa cuyos gobiernos tienen en su frontera sur uno de los mayores dramas contemporáneos al respecto, con un Mediterráneo convertido en una gran fosa común. Uno de los conflictos tomados por Moreno Sabio para articular Oda a los niños muertos es el de Oriente Medio, motivo por el cual una nana palestina vertebra esta partitura para piano de 8 minutos de duración, en la que se unen la ternura y (de nuevo, como en Fuego en el aire) la urgencia, el miedo y una violencia explícita: aquí audible en un registro grave cuyo inmisericorde martellato, seguido por un desolador eco, parece remedar los bombardeos israelíes sobre la población palestina. Música, por tanto, de bárbaros golpeos y ecos de lo infantil brotando entre sus ruinas; música de aristados intervalos que muestran la tensión del alma como un proceso armónico, con una angustia que se hace neurótica polirritmia. Todo ello exige al pianista un trabajo técnico de alta enjundia, aquí muy bien respirado por Carlos Galán, tanto en lo que a las más humanas evocaciones del drama se refiere como en la explícita violencia de aquéllos que Luigi Nono llamó «spiriti infernale», o el poder represivo a lo largo de esa «historia universal de la infamia», que diría Jorge Luis Borges.

Una tercera partitura convoca las cuestiones de orden político y social que hasta aquí hemos analizado. Se trata de Sons do caboclo (2018), nueva página para piano fruto de un encargo del músico brasileño Alexandre Alcantara; de ahí, que José Miguel Moreno haya hibridado su lenguaje, netamente europeo, con ecos de la música popular brasileira. Estructurada en dos partes enlazadas, Sons do caboclo toma (como lo hacía la Oda a los niños muertos) una canción proveniente del acervo con el que Moreno dialoga para articular parte de su obra. Se trata de A canoa virou, cuyos ritmos otorgan vivacidad y ecos multiculturales a una pieza nuevamente virtuosística, en la que, junto con los aspectos reivindicativos relacionados con las comunidades indígenas de la Amazonía, se percibe un perfume postimpresionista capaz de fusionar la música tribal brasileña y la música culta europea: todo un logro, así como todo un reto, si queremos que este mundo sea más entendimiento que tensión y nuevos muros. Indudablemente, la mirada comprensiva y solidaria al otro está, como hemos podido ver, en las bases de buena parte de la música (y del mensaje ético) reunida en este compacto.

Pero al disco también se asoman muestras de los diálogos que José Miguel Moreno mantiene con la gran tradición musical europea, de la que tanto se lleva nutrido desde sus años de formación en el Real Conservatorio de Música de Madrid, donde se estudió con compositores como Antón García Abril o Carmelo Bernaola. Entre los maestros físicamente no presentes que han marcado la música de Moreno se encuentra, sin lugar a dudas, Claude Debussy, de quien le llega un manejo del color y de las tensiones cromáticas que el compositor de Motril ha convertido en una de sus señas de identidad.

Comme des brouillards silencieux (2016) es un perfecto ejemplo de ello. De hecho, del propio Debussy toma Moreno una cita de Brouillards, primero de los doce números que conforman el segundo libro de los Préludes (1909-13) de Debussy. A lo largo de los 9 minutos y 25 segundos que dura Comme des brouillards silencieux asistimos a un refinado proceso de transformación desde el original debussyano hasta su revisitación desvelando toda una serie de improntas que han ido marcando el lenguaje de José Miguel Moreno, ya sea la klangfarbenmelodie schonberguiana, ya el uso del ruido como materia musical en acciones extendidas de tipo percusivo o en el flatterzunge de los vientos. Todo ello ahonda en el carácter pictórico de esta pieza, definida por su creador como un «concertino-nocturno para piano y cinco instrumentos», rubricando la partitura de sonoridades más modernas del disco.

Lo plástico y los ecos de la pintura tienen, igualmente, un peso aún mayor en Momento musical para un cuadro abstracto (2019), pieza para saxofón solo basada en Ornitóptero (1962), soberbio óleo sobre lienzo de Fernando Zóbel que podemos contemplar en ese museo que tanto debe al propio Zóbel como el de Arte Abstracto Español de Cuenca, ciudad en cuyo conservatorio Moreno Sabio fue docente durante más de tres décadas. Ello ha reforzado su cercanía a todo el entorno del grupo El Paso y la fértil escuela conquense de arte contemporáneo, recreando en esta partitura zobeliana los pálpitos y los brotes que surgen en el cuadro en su parte superior derecha, combinando brochazos más tensos, direccionales y directos con multifónicos en los que lo esfumado del óleo se hace música; todo ello, con una muy especial atención al silencio: a ese blanco sobre el que estalla y se multiplica la pintura de Zóbel.

Mientras, en la Sonatina para flauta y piano (1987, rev. 2015) reaparecen los ecos del Impresionismo, con un lenguaje, aún, bisoño y tradicional, de amplio melodismo en la flauta y evocaciones fáunicas que van de lo lúdico al ensueño.

También comparte costumbrismo y lenguaje tradicional una Sonata para violín y piano nº2 (1996, rev. 1998) entramada en un lenguaje modal y con fuerte presencia de lo lírico, así como de una voluntad de cantar en el violín, por lo que el conjunto destila poética, siendo, como en la Sonatina, el piano un apoyo armónico para un violín netamente protagonista. Frente a la luminosa vivacidad de la ya citada Sonatina, esta Sonata para violín y piano nº2 presenta un pathos más oscuro y una mayor paleta de estados emocionales y recursos musicales, por lo que su presencia es más contundente.

Como parte del proteico diálogo que con la historia de la música establece José Miguel Moreno hemos de comprender, también, las dos instrumentaciones que en este disco encontramos de sendas partituras prácticamente coetáneas, como lo son el Tiento (1955) del compositor francés Maurice Ohana y los Tres Tientos (1958) del alemán Hans Werner Henze, piezas originalmente para guitarra sola, catalogadas por Moreno Sabio como entre las más emblemáticas del repertorio guitarrístico europeo.

Mientras que en los Tres Tientos de Henze prima en este arreglo para grupo de cámara un sentido lúdico y cierta jovialidad que se conecta con la Sonatina del propio Moreno, en el Tiento de Ohana lo que se refuerza es su carácter sombrío y un peso de la historia que parece enquistado, como un eco insoslayable. Quizás en ello influya el nacimiento en Casablanca y el origen sefardí del propio Ohana, un compositor que tuvo a España presente en muchas de sus obras, desde su oratorio lorquiano Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1950), pasando por las Cantigas (1953-54) o por la ópera La Celestina (1982-87). En su arreglo del Tiento insufla Moreno Sabio, asimismo, lejanos ecos del flamenco, si bien un flamenco oscuro, de raíz y cargado de nostalgias.

Cerramos nuestro recorrido por las piezas que componen este disco con otro diálogo histórico, el que se entabla con Johann Sebastian Bach en la Arieta imaginada (2009), pieza para flauta y guitarra libremente basada en el Preludio de la Suite para violonchelo Nº1 en sol mayor BWV 1007 (c. 1717). Si la guitarra es la que, cuasi en ostinato, se ancla al Preludio bachiano, cual rememorando los ecos del laúd en algunas de estas Suites igualmente disponibles para tal instrumento, la flauta vuela más libre, con un canto netamente melódico que, de nuevo, hace resonar la Sonatina, al tiempo que armoniza otras formas de hacer florecer la arquitectura armónica del Preludio.

Tanto de esta pequeña delicatessen como de la interpretación del conjunto del disco se encarga el Grupo Cosmos 21, con su director, el madrileño Carlos Galán, al frente. Cosmos 21 demuestra una total sintonía con el lenguaje de José Miguel Moreno Sabio, que no impone mayores complejidades a nivel instrumental, como tampoco Galán y sus músicos rehúyen lo más clásico de algunas de estas piezas, tan abiertas a embeberse de los ecos de la tradición como a dejarnos puntuales ecos de un estilo más moderno y extendido, como el que se asomaba a Comme des brouillards silencieux. Precisión técnica, lirismo bien respirado y rotundidad en las partituras de carácter más político y social, caracterizan a este compacto que, sin duda, nos ofrece una de las más aquilatadas muestras de la composición de José Miguel Moreno Sabio.

Por lo que a la grabación del disco se refiere, ésta fue realizada en vivo, el 15 de junio de 2022, en el Teatro-Auditorio de Cuenca; a los pies, por tanto, de ese Museo de Arte Abstracto Español que se infiltra en este registro, a través de Fernando Zóbel. Se trata de un notable registro que conserva el aura del directo, incluidos los elocuentes y emocionados silencios característicos de un concierto con un componente emocional tan evidente, pues en él se celebraba la jubilación de Moreno Sabio, tras una carrera desarrollada, en su mayor parte, en el Conservatorio de Cuenca.

La edición del compacto es realmente cuidada, con veintisiete páginas en castellano e inglés en las que Carlos Galán y José Miguel Moreno Sabio nos presentan cada una de estas obras, así como el propio concierto cuya grabación dio lugar al disco, poniendo todo ello en contexto en la trayectoria artística y vital del compositor granadino. Biografías de compositor y músicos, datos completos de la grabación y un buen número de fotografías en color completan un disco cuya portada fue realizada exprofeso por el artista Manolo Prieto, tomando como base una fotografía del nefando acontecimiento histórico que informó y dio coraje a José Miguel Moreno para componer Fuego en el aire. Señalar, asimismo, que con este compacto abre Cosmos 21 en la siempre valiente discográfica valenciana Liquen Records su colección «Infrecuentes», de la que esperamos próximos lanzamientos y que no cejen en su labor de revelarnos el trabajo de tantos compositores españoles como ensanchan el mapa musical de nuestro Estado.

Reseña-ensayo del disco Fuego en el aire editado por Liquen Records que recoge un concierto monográfico dedicado al compositor José Miguel Moreno Sabio por el Grupo Cosmos 21 dirigido por Carlos Galán.

Joan Gómez Alemany, Sul Ponticello, 4 de abril de 2023

Un muy recomendable CD atípico y original

Fuego en el aire[1] es un interesante CD atípico y original. Este disco editado por Liquen Records es un monográfico que reúne obras creadas en más de tres décadas (desde el año 1987 hasta la actualidad), de un compositor desgraciadamente poco conocido como es José Miguel Moreno Sabio (Granada, 1956). También es atípico porque su carátula expresamente hecha para este disco por el artista Manolo Prieto, simboliza un episodio de la Guerra Civil española, tema prácticamente ausente en la música contemporánea (como argumentaremos posteriormente). Pero tampoco nos encontramos con un CD que reúne únicamente varias obras del creador, sino también añade nuevas instrumentaciones y arreglos realizados por Moreno Sabio de piezas de otros compositores. Sin duda este es un disco poliédrico que explora la originalidad de este músico. Podemos añadir al enumerar las características de este peculiar trabajo discográfico, que, aunque esta ya no es tan extraña (pero en la música contemporánea no es habitual), sus grabaciones son de un mismo concierto en directo, teniendo como pista final un bis (algo muy raro en un CD pero no en un concierto, de ahí su procedencia). Añadamos también otro elemento a destacar, Carlos Galán, quien dirige al Grupo Cosmos 21 (productor de este CD), es a su vez responsable del estreno y solista al piano de una composición de Moreno Sabio. Es evidente que Fuego en el aire es un complejo disco muy bien tejido y que representa la prolífica carrera del Grupo Cosmos 21, a fecha de hoy, con XXXV temporadas. Una más que larga experiencia respaldando y difundiendo la música contemporánea, ya que la agrupación se presentó al público en 1988.

Antes de analizar el trabajo discográfico, que Carlos Galán (autor de las notas a este) nos explique en su muy esclarecedor texto el planteamiento de este CD y su compositor:

“Con este disco el Grupo Cosmos 21 abre la colección «Infrecuentes» con Liquen Records, continuando con la línea marcada en anteriores entregas discográficas suyas, como las protagonizadas por la obra de Daniel Zimbaldo (Big Music) y Valentín Ruiz (Nibius). Su apoyo a la creación española contemporánea cobra aún más razón de ser en atención a ciertos autores infrecuentes en las programaciones oficiales. En el caso del motrileño José Miguel Moreno Sabio, debido a un paradigmático desdén hacia la tarea de proyectar y difundir su extraordinario catálogo. Afirmaba el compositor Carlos Cruz de Castro que hay dos tipos de compositores: «los que les encargan porque componen y los que componen porque les encargan». Hay un tercer estadio: aquellos que desconocen el oficio más elemental de medrador, tan abundante en la profesión artística, dedicándose a componer en la soledad del hogar para, en muchas ocasiones, concluir una obra y meterla en el cajón.”

Análisis de las pistas del CD y una deconstrucción debussyana

El disco Fuego en el aire tiene un total de 18 pistas y una duración límite de 79.48 minutos (recordemos que el CD ordinario tiene una capacidad máxima de 80 minutos). Así que en una modesta reseña resulta imposible hacer una descripción detallada de cada una de las pistas. Por ello se analizará muy rápidamente algunas de ellas para centrarse en la pieza inicial de manera más precisa y como «clímax final». Esta da nombre al disco y en nuestra opinión es la obra más interesante y compleja de todas las reunidas.

 

Después de la primera composición del CD, le sucede Comme des brouillards silencieux (2016), que es la pista número 3 (dado que la inicial está formada por dos movimientos). Como explica el compositor en las notas del disco: «El lenguaje debussyano es sometido a una transformación paulatina para conectarlo a mi propio mundo sonoro a partir de elementos comunes». En esta interesante pieza ya se encuentran varios rasgos estilísticos que se repetirán en diferentes obras suyas. Encargo del Grupo Cosmos 21 para su XXX aniversario, esta composición realiza como una deconstrucción de la pieza para piano de Debussy, titulada Brouillards (brumas, en castellano). Como brumas silenciosas (sería la traducción del título), tiene una formación que incluye el piano, responsable de citar al inicio la obra debussyana, que se expande a cinco instrumentos hasta su «total desfiguración brumosa». Moreno Sabio describe su obra como un concertino-nocturno en las notas del CD (el segundo autor junto a Carlos Galán). La pieza parece plantear un oxímoron, dado que luego de la presentación y descomposición de la cita debussyana, la obra va in crescendo hasta alcanzar un carácter fuerte y tenso (como la música de Moreno Sabio en general). Esto contrasta con la idea del silencio o la etérea niebla (como el estilo general de Debussy), alcanzando en la composición un relativo clímax con fuertes multifónicos hacia la mitad de la obra. Aunque como es de esperar, Comme des brouillards silencieux, transita por una multitud de texturas y dinámicas. Estas sin duda incluyen momentos sutiles que recuerdan el nocturno, en donde el piano tiene un claro sentido protagonista al realizar extensos solos (esa es la idea de concertino). El final de esta pieza es una buena muestra de música suave y lánguida, que se diluye como una bruma descompuesta, recordando a Debussy pero desde planteamientos sonoros actuales y que resaltan la presencia de José Miguel Moreno. Como bien plantea en las notas del disco, toma un original del compositor francés para filtrarlo de manera radical y explorar su lenguaje personal. Así resalta varias características propias de la música que podemos escuchar en este CD, como son la cita, el ritmo muy marcado e incluso violento, el trabajo artesanal con las sonoridades y las texturas, nuevas instrumentaciones o mezclas estilísticas, etc.

Música y poesía para los niños muertos

La tercera pieza de este compacto, Oda a los niños muertos, es una poderosa y muy difícil pieza para piano solo que es interpretada magistralmente por Carlos Galán. Como nos relata Moreno Sabio:

“Siempre he mostrado mi preocupación y solidaridad hacia las víctimas de los conflictos, ya sean bélicos o simplemente sociales, y muy en especial cuando se trata de niños. Los bombardeos diarios en Yemen, los ataques dirigidos a la población palestina en Oriente Próximo o la huida de la población civil ucraniana, entre otras calamidades, se ceban en la población más indefensa, los niños. La obra es un grito desesperado contra las situaciones mencionadas, además de una denuncia contra las sociedades que las llevan a cabo o aquellas otras que las toleran. Una canción de cuna palestina vertebra la partitura y, desde su inmensa ternura, nos invita a tomar conciencia de ese drama.“

Poco más hay que añadir a esta obra luego de citar las palabras de su creador. Únicamente recomendar inmediatamente al lector la escucha de esta composición, ya que pocas piezas para piano se plantean la noble y honorífica tarea de ser una Oda a los niños muertos. Tal vez citemos un fragmento del tristemente precioso poema de Vicente Aleixandre Oda a los niños de Madrid muertos por la metralla (1937). Escrito en el trágico contexto de la Guerra Civil, al leerlo podemos escuchar una «música» que bien se emparenta con la de Moreno Sabio:

Ríos de niños muertos van buscando
un destino final, un mundo alto.
Bajo la luz de la luna se vieron
las hediondas aves de la muerte:
aviones, motores, buitres oscuros cuyo plumaje encierra
la destrucción de la carne que late,
la horrible muerte a pedazos que palpitan
y esa voz de las víctimas,
rota por las gargantas, que irrumpe en la ciudad como un gemido.
Todos la oímos.
Los niños han gritado.
Su voz está sonando.
¿No oís? Suena en lo oscuro.
Suena en la luz. Suena en las calles.
Todas las casas gritan[2].

Para terminar, citemos otra vez las palabras del compositor, que ahora describen la historia de su obra: «Esta complejísima partitura, compuesta en 2018, ha dormido en un cajón a la espera de un pianista-músico que fuera capaz de hacerse cargo de ella. Su estreno absoluto se lo confié a Carlos Galán en el concierto monográfico que me dedicó en el Auditorio de Cuenca» [el 15 de junio de 2022, registrado en este CD reseñado].

Sonido-pintura en Fernando Zóbel y la tradición de la música

La siguiente composición de este compacto es una pequeña miniatura de apenas tres minutos para saxofón solo titulada Momento musical para un cuadro abstracto (2019). La partitura, como escribe el compositor «recrea, desde sonidos, el cuadro Ornitóptero de Fernando Zóbel». Este artista que realiza una pintura muy musical es fundador del famoso Museo Abstracto de Cuenca, ciudad en donde el Moreno Sabio ha impartido clases de 1989 al 2022 y en donde tuvimos el placer de conocerlo. La obra de Zóbel también ha sido musicalizada por otros compositores como Tomás Marco, quien le dedicó una pieza para flauta (Zóbel tocaba la flauta barroca), José Luis Turina Exequias in memoriam de Fernando Zóbel y Josep Maria Guix, en Jardín seco. Desde mi modestia y joven experiencia, también yo le dediqué una obra, Río. Homenaje a Fernando Zóbel.

 

Las pistas del disco que van de la 5 a la 10, todas son bellas y logradas instrumentaciones creadas por Moreno Sabio, que revelan la faceta (no habitual entre los compositores contemporáneos) de un músico artesanal y de gran dominio de la técnica. Él investiga transformar una obra antigua con una plantilla instrumental específica, en una nueva para adaptarla a otras situaciones. Dos obras paradigmáticas de guitarra clásica, como son Tiento del compositor hispano-francés Mauricio Ohana y Tres tientos del alemán Hans Wener Henze, son instrumentadas por Moreno Sabio en una nueva plantilla camerística para que sean interpretadas por el Grupo Cosmos 21.

 

La siguiente obra, Arieta imaginada, toma como referente el Preludio de la Suite BWV 1007 de J. S. Bach. Una obra como todos sabemos netamente tonal que mientras uno escucha el CD Fuego en el aire (recordemos que originariamente fue un concierto), le aporta un fuerte contraste y un distendido respiro; demostrando la original programación del Grupo Cosmos 21 que, como se constata, domina un amplio repertorio y recontextualiza como es debido la música clásica. Solo la tradición (como la música de Bach) adquiere su auténtica realidad y legado desde la música del presente (como lo fue la música de Bach en su contexto). La aburrida práctica repetida de manera enfermiza por los intérpretes y directores de «caché», que como sanguijuelas plagan y parasitan los Grandes Auditorios (museos de ultra-maquilladas momias vendidas al por mayor), nada tiene que ver con la filosofía del Grupo Cosmos 21. Como podemos interpretar por su nombre, es un ensemble que apuesta por la música hecha en el siglo XXI (incluida la de otros siglos, pero interpretada desde nuestro presente actual) y sin duda en este CD-Concierto, queda esto de manera más que demostrada. Como escribe en las notas del disco el director de esta agrupación, Carlos Galán:

«no sólo se intenta recoger la plasticidad y fuerza expresiva del concierto y el programa sino, al mismo tiempo, reflejar el compromiso y trabajo del Cosmos 21 a la hora de afrontar la primicia mundial de todas y cada una de las obras que pone en sus atriles, que tiene que partir de una profunda maduración de las piezas, previa a su estreno.»

Obras antiguas de Moreno Sabio

Luego de lo que podríamos llamar esta segunda parte del CD-Concierto que se basa en nuevas instrumentaciones, y luego de la primera parte que se centra en las creaciones más actuales de Morena Sabio, podemos pasar a una tercera, enfocada en sus obras más antiguas (a excepción de Sons do caboclo del 2018). La Sonatina para flauta y piano (1987) en tres movimientos y con un lenguaje más bien tradicional, que va del impresionismo a cierto atonalismo serial, es como confiesa su creador, «una pieza a la que tengo mucho cariño porque me retrotrae a mis primeros tiempos como compositor profesional, con toda la carga emotiva y de ilusiones que ello conlleva». Por ello, aunque se aleja de la estética de la primera parte de este CD, puede perfectamente dialogar con ella, y ejemplifica como ya se ha apuntado repetidamente en este texto, el poliédrico estilo de Moreno Sabio. La siguiente obra que le sigue, son el movimiento II y III de la Sonata para violín y piano nº 2 (1996), con una estética parecida a la obra anterior. Rápidamente concluimos esta parte del CD que va de la pista 11 a la 17, para volver a su inicio y centrarnos en sus dos primeras pistas, que forman Fuego en el aire (de donde viene la pista 18 que es un bis de esta).

La Guerra Civil española y la ópera

Moreno Sabio con su composición Fuego en el aire es uno de los pocos que en música contemporánea trata de manera extensa y profunda el escabroso capítulo de la Guerra Incivil española (en acertada terminología de Carlos Galán). Como cuenta José Miguel Moreno, se centra en «un terrible episodio acontecido durante la Guerra Civil española de 1936. Me refiero a «La Desbandá» que se produjo en la ciudad de Málaga al ser tomada en febrero de 1936 por las tropas del general Queipo de Llano». Este militar como tantos otros (incluido Francisco Franco), juró lealtad a la República para luego traicionarla al pasarse al bando sublevado.

 

Fuego en el aire es una obra ambiciosa aún no terminada, como explica su creador: «En la actualidad estoy inmerso en un proyecto a largo plazo consistente en la composición de la que será mi segunda ópera […] Los dos movimientos titulados «Fuego en el aire» pertenecen a sendos momentos de gran carga dramática del acto II de la ópera». Solo conocemos dos óperas contemporáneas que tratan de manera extensa el contexto y consecuencias de la Guerra Civil, como es Tránsito de Jesús Torres y Ainadamar de Osvaldo Golijov. Y aunque no es una ópera pero relacionado con lo vocal, está la composición Hijo de la luz y de la sombra de Voro Garcia. Esta se basa en algunos poemas de Miguel Hernández de su Cancionero y romancero de ausencias escrito durante y a raíz de su encarcelamiento en la Guerra Civil, y que transmite la triste atmósfera de esos tiempos.

 

La ópera, que por lo general es un frívolo espectáculo de la burguesía, que también merodea y se encarna en el poco sofisticado público de los Grandes Auditorios, resulta en nuestra opinión un espacio sumamente complejo y difícil (aunque no imposible) para tratar como se merece (tanto en su vertiente musical como extra-musical) una temática de este calibre. Entre otras razones porque

«la ópera fue un terreno no grato para la vanguardia, y lo mismo sucedió a la inversa. De hecho, el paradigma central de casi todo el siglo XX, válido para los momentos álgidos de lo que puede entenderse como vanguardia, fue el de la ‘muerte de la ópera'»[3].

El actual estado de la ópera (y no fue así en todo momento y esperemos que en el futuro se mejore al menos un poco), representa básicamente un gran negocio (como un centro comercial de la cultura) y no un espacio para el desarrollo del arte auténtico y libre. Así que es muy fácil de entender que cuando no reproduce los antiguos espectáculos Top 10 (los Mozart, Verdi, Wagner, Puccini, etc., sin duda violados para adaptarlos a los gustos dominantes del mercado), básicamente se crea un producto edulcorado y domesticado digno de la industria cultural a la que pertenece la ópera. Si algo en común tienen los excelsos compositores mencionados, más allá de crear una grandísima música, es que los libretos que musicalizan suelen ser bastante mediocres, al estilo de historias ñoñas de amor, culebrones y bufonadas ridículas para el vulgo, panfletos aristocráticos de cartón y piedra, leyendas absurdas que gustan a los fascistas, etc. No es casualidad que ningún libretista haya pasado a la historia de la literatura o un autor consagrado se dedique a escribir ópera (en este último caso existen excepciones, como el gran escritor Bertolt Brecht). Por otro lado, las adaptaciones de los grandes nombres del arte literario a la ópera (paradigmáticamente Shakespeare), suelen ser amputaciones monstruosas que el autor del original quedaría estupefacto al leerlas…

La Guerra Civil y el audiovisual

Pues en este contexto habitual del género operístico, un tema tan complejo, delicado y con una fuerza emocional y de conflicto social aún viva como es la Guerra Civil y su posguerra franquista, no resulta nada fácil de trabajar. El espectáculo operístico hoy en día (y en cierta manera fue su antecedente) se puede ejemplificar en el audiovisual, donde esta temática ha sido bastante tratada, aunque en nuestra opinión, muy lamentablemente (con excepciones que confirman la regla). Es el caso de unos productos de la industria cultural como pueden ser tipo, Amar en tiempos revueltos, la reciente superproducción Gernika de Koldo Serra o incluso la respetada por algunos Tierra y libertad de Ken Loach (que aunque el contenido pueda ser interesante, el continente deja mucho que desear). No por casualidad todas las producciones mencionadas están al amparo de la Radiotelevisión Española (RTVE) u otros canales oficiales del Estado. Con menor o mayor grado estas formas de cultura institucional, previsiblemente mantienen el orden establecido neutralizando la crítica y la reflexión alrededor de la Guerra Civil y el Franquismo. De esta manera adoctrinan a su público convirtiendo esta temática en un superficial paisaje decorativo típico del sentimental melodrama de folletín, y propenso a venderse como una vulgar mercancía de manera fácil y en grandes cantidades. Para nosotros un mucho mejor acercamiento a este tema se puede dar en películas como Morir en Madrid de Frédéric Rossif o Ispaniya de Esfir Shuber. En nuestra opinión, pocas obras de arte han encarnado como se merece este contexto histórico, porque solo se puede realizar una obra que encarne lo señalado dignamente desde posiciones documentalistas, progresistas y de vanguardia (y estas obras escasean); dado que si el trabajo busca ceder ante las formas imperantes que existen en el mercado dominante, u optar por estéticas conservadoras y convencionales, se caerá rápidamente en el terreno del vencedor consenso que silencia la fuerza dialéctica del conflicto y el pensamiento.

 

En resumen, y por lo que escuchamos en estos fragmentos de la ópera Fuego en el aire, además de leer las pocas palabras que informan sobre su libreto en las notas de CD, podemos apuntar que esta obra puede ser digna de representar esta difícil temática; tan necesaria de ser tratada en el arte como se merece y con mucha mayor difusión, ya que existen muy pocos casos en la ópera y en la música instrumental. En el terreno de la vanguardia internacional, solo se nos ocurren las muy interesantes composiciones de Paul Dessau Guernica (1938) y Luigi Nono 3 Epitaffi per Federico Garcia Lorca (1954) y La Victoire de Guernica (1954). No incluimos aquí las canciones de Hanns Eisler y otros, por estar en un lenguaje tradicional (aunque sean brillantes piezas).

La Guerra Civil en el contexto musical franquista

Una temática tan española como la que mencionamos, parece ser un tabú para aquellos compositores de vanguardia que más la pudieron haber trabajado en sus tierras. Es obvio que los compositores más castizos asociados al nacionalcatolicismo o en su terminología musical al neocasticismo, no la iban a tratar. En fechas tan tardías como 1964 (comparadas con el contexto musical internacional), se celebró en España un importante evento, el I Festival de Música de América y España, que caracteriza la ideología oficial del régimen y su música. Citemos el ambiente y repertorio de aquellos tiempos, obviamente imposibles de tratar una temática que no fagocitase la ideología del franquismo:

“Junto a El retablo de Maese Pedro se interpretó el Concierto de Estío de Rodrigo y los Improperios de Mompou. Este «Concierto extraordinario de música española» registró el mayor éxito de todo el Festival, subrayándose la feliz idea de integrar los nombres de Rodrigo y Mompou bajo el cobijo de la universal obra falliana, «ante la que no sólo callan, sino que gritan alborozados, todos, tirios y troyanos» [E. Franco: Música de cámara y concierto español, Arriba, 20-X-1964]. La presentación de España ante América se completó con la visita a los emblemáticos para el régimen Valle de los Caídos y el Escorial por parte de un centenar de asistentes, y la celebración de una misa oficiada por Sopeña en la Iglesia de los Dominicos de Alcobendas, tras la cual se interpretó la Missa Quarti Toni de Victoria[4].”

Si en la tradicionalista y nacionalista música española, la creación de obras que reflexionen desde un punto de vista progresista y de vanguardia sobre la Guerra Civil o el Franquismo, es obviamente inexistente y absurda, se podría pensar que en la música de vanguardia y coetánea a la anterior (incluso en festivales que coinciden con el mencionado, como La Bienal de Música Contemporánea de 1964), esto sí sería posible, pero no fue así… Se ha de tener en cuenta que esta música fue en cierta manera también promocionada por el régimen, al igual que la mencionada previamente[5].

“Pese a las dificultades, el régimen no dejaría de promocionar la música más actual mientras le resultase rentable, una política que benefició a ciertos compositores, quienes se vieron favorecidos en estos años y llegaron a ocupar puestos relevantes en las instituciones musicales españolas. La Bienal contribuyó a una suerte de «colaboracionismo» que ha dado lugar a debates interesados que no tienen en cuenta un hecho fundamental: la prioridad de estos compositores –más allá de su posicionamiento político– no fue otra que demostrar que la música de vanguardia era rentable y necesaria, aunque para ello hubieran de servir a los intereses del Estado franquista. Se trataba de un «mal necesario» para garantizar la continuidad de estas manifestaciones a través de la promoción de compositores y certámenes[6].”

Si este mal es necesario o no, sin duda es un motivo de debate, y cuesta de creer que se debe asumir sí o sí, de manera irresponsable y predestinada. Además, exigir que la música de vanguardia sea «rentable», es una actitud demasiado economicista, cuando lo mejor es que la música sea justamente todo lo contrario. Un arte (no una mercancía) totalmente irrentable para ser autónomo y que se valore como un fin en sí mismo. De esta manera intentará no ser instrumentalizado, tal y como hizo el franquismo y la CIA en la guerra fría cultural contra la URSS. Recordemos que al inicio el Curso de Verano de Darmstadt fue financiado por la CIA, con el propósito de representar y ayudar a la «música libre» (y por tanto anti-soviética).

La Guerra Civil y la música de Leonardo Balada

Tal vez una excepción dentro de la música de vanguardia española que ha dedicado diversas obras alrededor de la Guerra Civil, en un lenguaje vanguardista propio de la Generación del 51 en la que se inscribe, es el compositor Leonardo Balada. Como por ejemplo en sus composiciones Guernica (1966), Sinfonía Nº 6 (Sinfonía de las Penas), dedicada a las víctimas inocentes de la Guerra Civil Española (2005), Caprichos nº 3 (Homenaje a las Brigadas Internacionales) (2005) y La Pasionaria: La despedida a las Brigadas Internacionales (2011)[7]. Seguramente al haber desarrollado su carrera y vivir durante mucho tiempo en América, alejado de la España franquista, es la razón del porqué este compositor trata esta temática durante toda su carrera, algo ausente en los principales compositores de la Generación del 51, que vivieron y estuvieron al amparo del franquismo. Concebir en la España del 1966 una poderosa obra para orquesta como es el Guernica de Leonardo Balada, es algo totalmente imposible. Por eso como cuenta el compositor:

“Compuse Guernica en 1966 cuando la New Orleans Philharmonic convocó un concurso para dar lectura a obras orquestales no estrenadas. Los pronunciamientos en contra de la guerra del Vietnam a los que asistí en el «campus» de la universidad de Columbia en Nueva York constituyó otro estímulo para realizar mi proyecto[8].”

El compositor en toda una declaración de intenciones escribe sobre esta obra que,

“para muchos españoles de mi generación la pintura representaba también un símbolo de oposición hacia Franco quien había derrocado durante aquella contienda a la joven democracia del país. Picasso era nuestro héroe como también lo fueran Pau Casals, Luis Buñuel y tantos otros artistas e intelectuales que se exiliaron de España al acabar aquella trágica guerra. Componer Guernica era para mí imperativo. El recuerdo de mi infancia llorando y corriendo con mi familia hacia la estación del metro en Barcelona para cobijarnos de los bombardeos me acosaba ya por tres décadas. También era imperativo componer Guernica como agradecimiento y homenaje a Picasso y a tantos otros que desde su exilio ondeaban la bandera de la libertad[9].”

Aunque Leonardo Balada no es el compositor que más conexiones tiene con la Generación del 51, ni uno de sus protagonistas principales, ahora mismo no conocemos ninguno de sus más destacados miembros que a lo largo de sus extensas trayectorias, trataran la temática señalada. Como ya se ha apuntado, esto se explica porque los más afamados compositores de música contemporánea que desarrollaron sus carreras dentro del régimen franquista (que en cierta manera los promocionó y les dio gran impulso), tuvieron una relación ambigua con este. Algunos recibieron importantes encargos y ocuparon puestos relevantes dentro de la administración o el aparato estatal, pero a su vez fueron distantes y críticos (al menos terminado el régimen y tal vez de manera oportunista)[10]. Es por ello que estos asuntos de memoria histórica relacionados con la trágica guerra y su larga posguerra, tan necesarios e importantes para el arte, llegan tarde en la música actual. Además de que han de ser considerados en todos sus aspectos, porque otros compositores que «no se vendieron ni cedieron su libertad a cambio de la fama», desgraciadamente han sido ocultados por los anteriores o directamente ni se les ha tomado en cuenta.

La Guerra Civil y la música de Cristóbal Halffter

Tal vez uno de los compositores más destacados (o el que más) de la Generación del 51 que pudo tratar sobre la Guerra Civil y sus consecuencias, fue Cristóbal Halffter. Pero hablar de las Elegías a la muerte de tres poetas españoles (1974-75) como una obra progresista de crítica y denuncia, dado que se inspira en tres poetas represaliados por la dictadura franquista, resulta ambiguo en el contexto de la biografía y el trabajo del compositor. Como bien escribe Paco Yáñez:

 

“El catálogo musical de Halffter cuenta, qué duda cabe, con obras en las que ha reflexionado sobre la libertad y sobre la opresión de las dictaduras: partituras como las ya citadas Elegías; Yes, Speak Out, Yes (1968); o el Réquiem por la libertad imaginada (1971); pero, junto con estas, también la Misa de la Juventud (1965) y otras piezas [como Secuencias estrenada en el marco de los XXV años de paz[11]] y cargos administrativos dependientes del aparato franquista, incardinados en los antípodas del mensaje de las primeras, además de colaboración con el mismo régimen represivo que propició la muerte, el encarcelamiento y el exilio de los poetas retratados por Halffter en sus Elegías. Esta ambivalencia, que no es exclusiva de Halffter, y que se ha dado en diversos compositores que han vivido en situaciones análogas (otros, por supuesto, han cortado de raíz cualquier vínculo con el poder dictatorial, ya sea a través de la denuncia in situ o del exilio) apenas se trata en el documental, completamente unilateral y sin contrapunto alguno. Hubiese sido mucho más interesante, humana, histórica y artísticamente, que Cristóbal Halffter hubiera abordado frontalmente este tema, y no de la forma tan esquiva y tangencial en que lo realiza, corriendo un tupido velo y llegando a afirmaciones que suenan hasta impostadas, como la de que en su infancia (¡con apenas ocho años!) aprendió en Alemania (en las escuelas de la Alemania nazi en los albores de la Segunda Guerra Mundial) una actitud moral de «rechazo total y absoluto para el resto de mi vida de toda dictadura»; ya que, según afirma, «todo aquello que se impone por la fuerza es falso»…[12]” [Yáñez se refiere al DVD documental titulado Ecos y sombras que retrata a Halffter].

Holismo y formalismo en la música, y la necesidad de reflexionar sobre la Guerra Civil

Las obras artísticas aunque puedan ser analizadas con presupuestos formalistas que eliminan el contexto social e histórico que las creó, deberían ser entendidas de manera holística. No obstante, es bien cierto que si de lo que tratamos principalmente es de la excelencia artística, este enfoque debe prevalecer sobre todos los demás. Dudo que hoy alguien niegue y rechace la obra de Stravinsky, que sin duda es de grandísima calidad, porque un día el compositor dijo (seguro que sintiéndolo verdaderamente) que,

“creo que no hay nadie que venere a Mussolini más que yo. Conozco a muchos personajes ilustres, y mi mente de artista no se encoge ante las cuestiones políticas y sociales. Después de haber visto tantos eventos y tantos hombres más o menos representativos, siento una imperiosa necesidad de rendir homenaje a su Duce. Es el salvador de Italia y, esperemos, de Europa entera […] yo mismo me siento un fascista[13].”

Y esta necesaria (por ausente y poco conocida) breve introducción sobre las relaciones entre música y política[14], ejemplificadas en el caso español con la temática de la Guerra Civil y su larga posguerra, esperemos poder tratarla de nuevo si tenemos la oportunidad de escuchar y ver la ópera completa Fuego en el aire, que puede marcar un punto clave en estos temas. Pero por ahora, como solo hemos escuchado dos fragmentos instrumentales de esta obra, se analizarán estos. En tiempos en que el neofascismo está subiendo, hay que reflexionar aún más sobre el pasado para poder entenderlo. La desmemoria que originó el franquismo y el post-franquismo (entre otros por la traicionada (in)transición española), debe erradicarse para apoyar un estudio y difusión de estos dolorosos temas, así no se repetirán. Porque como Moreno Sabio señala en las notas de su CD, su ópera «pretende ser una denuncia de la cultura de la fuerza, el odio, la envidia, la violencia y la intolerancia que ha sido impuesta desde el poder a todos los seres humanos desde las primeras civilizaciones». Llegados ya al «clímax» de este texto, tratemos su obra que titula este trabajo discográfico.

Breve análisis musical de Fuego en el aire

Fuego en el aire, se inicia con unas brillantes armonías atonales, que se van repitiendo como martillazos. Además, al tener un componente rítmico muy marcado, que recuerda la música de Bartók o el Bernard Herrmann de Psicosis, se genera como un centro armónico claro (al estilo tonal), que rápidamente es abandonado para desplegar unas sonoridades más actuales, incidiendo otra vez en la ya comentada poliestilística del compositor. Enseguida podemos escuchar sonidos que en buen medida sorprenden al oyente, como una sirena. Esto recuerda la música de Varèse, pero en vez de asociarla al trabajo fabril (como en éste compositor), Moreno Sabio parece señalar la idea de peligro, como aviso de bombardeo. Pero también escuchamos ruidos de cadenas, que se funden con las percusiones en el arpa del piano. A ello hay que añadir el constante trabajo con densas masas sonoras de clusters, acompañadas de cierto ruidismo brutalista. Estas chocan entre sí creando violentos efectos en donde se infiltra una cita musical, originaria de una canción republicana. El compositor también utiliza expresivamente técnicas extendidas, ampliando en gran medida la tímbrica convencional de los instrumentos. Toda esta gama de colores sonoros nos recuerda como una poderosa imagen el suceso que narra la ópera, y la intensa portada del CD, que también ayuda a crear esta atmósfera.

 

En conclusión, Fuego en el aire es la obra más actual de este CD, que lo deja en suspenso para que José Miguel Moreno Sabio nos siga aportando con su música un arte interesante, reflexivo y que respalda asuntos que muy pocos se atreven a tratar, desde posiciones comprometidas y desde el arte progresista y contemporáneo. Como acertadamente escribe Carlos Galán en las notas del CD:

“el lenguaje del compositor alcanza su cima cuando muestra su honda preocupación humanística, poniendo el foco en una crítica profunda hacia nuestro beligerante entorno. Sea por la deshumanización y desafecto social hacia el devenir de los emigrantes, planteado en «Oda a los niños muertos», o por su denuncia a la criminal barbarie que supuso «la Desbandá» andaluza de nuestra Guerra Incivil.”

Notas

  1. ^ http://liquenrecords.com/2022/12/02/fuego-en-el-aire-jose-miguel-moreno-sabio-grupo-cosmos-21-carlos-galan-director/
  2. ^ FERNÁNDEZ FERRER, Antonio. Un poema olvidado de Vicente Aleixandre: «Oda a los niños de Madrid muertos por la metralla». Bulletin Hispanique. Tome 83, N°1-2, 1981. pp. 175-180. https://historiata.files.wordpress.com/2013/10/article_hispa_0007-4640_1981_num_83_1_4440.pdf
  3. ^ FERNÁNDEZ GUERRA, Jorge. La ópera española de vanguardia. Fundación Juan March https://www2.march.es/publicaciones/ensayos-tme/ensayo.aspx?p0=4
  4. ^ MORO VALLINA, Daniel. El Festival de Música de América y España (1964-1970). Intercambios musicales entre las dos orillas. CUADERNOS DE MÚSICA IBEROAMERICANA. Vol. 24 julio-diciembre 2012, 143-173 https://revistas.ucm.es/index.php/CMIB/article/view/58992/53039
  5. ^ Véase para más información los textos:- CARREIRA, Xoán M. La música contemporánea en España durante los años 60. Mundoclasico.com, 30.05.2004 https://www.mundoclasico.com/articulo/6264/La-m%C3%BAsica-contempor%C3%A1nea-en-Espa%C3%B1a-durante-los-a%C3%B1os-60-1– Consejo Editorial. 25 años de paciencia. Mundoclasico.com, 20.11.2000 https://www.mundoclasico.com/articulo/300/25-a%C3%B1os-de-paciencia
  6. ^ SAN LLORENTE PARDO, Inés. La Bienal de Música Contemporánea de 1964. Cuadernos de Investigación Musical, 2017, diciembre, nº 3, págs. 75-95 DOI: http://dx.doi.org/10.18239/invesmusic.v0i3.1699
  7. ^ http://www.historiadelasinfonia.es/naciones/la-sinfonia-en-espana/la-sinfonia-en-el-siglo-xx/balada/
  8. ^ https://www.naxos.com/MainSite/BlurbsReviews/?itemcode=8.557342&catnum=557342&filetype=AboutThisRecording&language=German
  9. ^ Ibíd.
  10. ^ SACAU, Enrique. Cristóbal Halffter: El hombre que nunca estuvo allí. Mundoclasico.com, 27.05.2021, https://www.mundoclasico.com/articulo/34932/Crist%C3%B3bal-Halffter-El-hombre-que-nunca-estuvo-all%C3%AD
  11. ^ Para más información sobre la mayor campaña propagandística del Régimen (que encargó y originó la obra Secuencias), véase: VV.AA. ¿25 años de paz? El llavat d’imatge del franquisme el 1964. València: MuVIM, 2022.
  12. ^ YÁÑEZ, Paco. Cristóbal Halffter: Luces y sombras. Mundoclasico.com, 01.04.2013 https://www.mundoclasico.com/articulo/18044/Crist%C3%B3bal-Halffter-Luces-y-sombras
  13. ^ SALINAS, Pablo. Stravinsky, un fascista declarado. 17.07.2021. https://litoralpoeta.cl/opinion/stravinsky-un-fascista-declarado/9326/
  14. ^ Para leer más sobre este tema, ver: TÉLLEZ, Enrique (editor y coordinador). MÚSICA Y REPRESIÓN POLÍTICA. De la Alemania nazi a la España franquista. València: EdictOràlia, 2021.

El sello discográfico Liquen Records, especializado en la difusión de músicas improvisadas y experimentales, publicó a finales de 2022 Fuego en el aire, un álbum dedicado casi íntegramente a la música de cámara del compositor granadino José Miguel Moreno Sabio (Motril, 1956), interpretado por el Grupo Cosmos 21. Lo de casi íntegramente quiere decir que de la hora y diecinueve minutos que dura la grabación, sólo hay nueve minutos que no sean obra de Moreno Sabio: Tiento, del compositor francés Mauricio Ohana (Casablanca, 1913-París, 1992) y Drei Tentos, del alemán Hans Werner Henze (Gütersloh, 1926-Dresde, 2012), pero en estas dos piezas breves –la segunda, en tres movimientos– Moreno Sabio interviene como arreglista, y la grabación se realizó en directo el 17 de octubre de 2021 en un concierto celebrado en el Centro Cultural Adolfo Suárez de la localidad madrileña de Tres Cantos.

 

El resto del disco, el que tiene como protagonista a la música de Moreno Sabio, también se grabó en directo, pero en otro recinto y en otra fecha: el 15 de junio de 2022 en el Auditorio de Cuenca, en un concierto de homenaje al compositor al jubilarse después de treinta y tres años impartiendo clases de Composición, Análisis Musical y Armonía en el Conservatorio Profesional de Música Pedro Aranaz de la capital conquense.

 

Grupo Cosmos 21 estuvo acompañado en la ocasión por músicos profesionales ex alumnos del conservatorio a los que Moreno Sabio había impartido clases a lo largo de su dilatada trayectoria académica, y el repertorio elegido (el que se puede escuchar en el disco) estaba formado por Comme des brouillards silencieux (con la pianista Inma Calzado como solista), obra compuesta en 2016 por encargo de Grupo Cosmos 21 que el propio compositor define como «un concertino-nocturno para piano y cinco instrumentos», que parte de una cita de Debussy (Brouillars, el primer preludio del segundo libro de Preludios para piano) y es transformado paulatinamente «para conectarlo a mi propio mundo sonoro a partir de elementos comunes»; Momento musical para un cuadro abstracto, compuesto en 2019, y que, según Moreno Sabio «recrea, desde los sonidos, el cuadro Ornitóptero, de Fernando Zóbel», buscando «densificar la textura sonora a partir del empleo de multifónicos y otros recursos tímbricos del instrumento», en este caso, el saxofón, interpretado por Joaquín Franco; Oda a los niños muertos (con Carlos Galán al piano), es, en palabras del autor, «un grito desesperado» contra los conflictos bélicos y sus víctimas «muy en especial cuando se trata de niños». Una canción palestina de cuna vertebra la partitura, compuesta en 2018, pero sin estrenar hasta este momento, tras la contemplación de la imagen del pequeño niño sirio Aylan Kurdi, encontrado muerto en septiembre de 2015 en la orilla una playa turca,  invitándonos, desde su inmensa ternura, «a tomar conciencia de ese drama»; Arieta imaginada (con Valentina Martínez y Marta Aparicio, a la flauta y guitarra, respectivamente), es una sencilla melodía para flauta, compuesta en 2009, que «se asienta sobre un arreglo para guitarra del Preludio de la Suite BWV 1007 de Johann Sebastian Bach; la Sonatina para flauta y piano (con Clara Burgos como flauta solista y los pianistas Jorge Fontela y Juan Martínez) es la pieza más antigua del disco, compuesta en 1987 y revisada en 2015; la Sonata para violín y piano número dos (con Alejandro González como violinista y Marta Leiva como pianista) es también una pieza antigua, compuesta en 1996 y revisada dos años después, de la que Moreno Sabio dice que es «una pieza de gran exigencia técnica para los intérpretes en sus dos movimientos extremos, que enmarcan un hiper-expresivo movimiento central»; Sons do cabloco (nuevamente con Marta Leiva) se compuso en 2018 y se articula «en dos movimientos que se apoyan en música popular brasileña con la finalidad de acercarme a la cultura del autor del encargo», el pianista Alexandre Alcantara. El disco se abre con Fuego en el aire (I y II), primera grabación de dos movimientos de una ópera aún sin concluir. Ambas piezas formarán parte del segundo acto de La Desbandá, la segunda ópera de Moreno Sabio, que abordará uno de los dramáticos momentos de la Guerra Civil española: la masacre de la carretera Málaga-Almería, conocida popularmente como La Desbandada​ (en acento andaluz la desbandá), ocurrida el 8 de febrero de 1937 (y de la que fue testigo su propia madre, entonces una niña de siete años), por la que los aviones franquistas ametrallaron a la gente que huía de Málaga tras la toma de la ciudad por las tropas del general Queipo de Llano.

 

Según explica el propio compositor, «el primer interludio corresponde al número 14b de la obra e ilustra la lucha a muerte entre dos de los protagonistas (Pedro y Veleño), acontecimiento que se produce ante la mirada atónita de la multitud. Una sirena avisa del ataque inminente de la aviación, hecho que se produce de inmediato quedando la explanada sembrada de cadáveres. El segundo interludio, número 11b de la obra, suena al inicio del acto 2º en el momento en que la muchedumbre es bombardeada desde el mar».

 

El estilo de Moreno Sabio guarda semejanzas con las de Antón García Abril y Carmelo Bernaola, dos de sus profesores, el primero de Composición, el segundo de Armonía: un lenguaje que no persigue situarse en la vanguardia ni mostrarse complejo para el oyente (de hecho, sus compositores favoritos del siglo XX son Ravel, Debussy y Penderecki), salvo en Momento musical para un cuadro abstracto, la obra de complejidad compositiva más fehaciente de las incluidas en el disco. Las restantes piezas seleccionadas persiguen, por el contrario, acentuar la expresividad musical con momentos que respiran una sobrecogedora emotividad.

Revista Melómano, 27/03/2023

Entrevista a su fundador y director, Carlos Galán

El Grupo Cosmos 21 se fundó en 1988. ¿Qué objetivos perseguía usted en ese momento para tomar la decisión de crear un ensemble instrumental de estas características? 

Desde un principio, difundir la música española contemporánea comprometidamente. Tengo que reconocer que, dejando a un lado el placer primordial de interpretar música actual (criterio que ya había hecho efectivo en mi carrera como pianista), en 1987 (cuando técnicamente fundo el grupo en mayo y comenzamos los primeros ensayos en septiembre), acumulaba como joven compositor multipremiado e interpretado por los grupos de cámara más prestigiosos de la época, demasiadas experiencias interpretativas muy frustrantes por la falta de ensayos y de compromiso. Entendí entonces que era necesario ofertar en España una nueva forma de hacer la música actual, con rigor (para ello llamé a los principales solistas de las orquestas madrileñas), interés y seriedad (exigiendo un inusual número de ensayos espaciados) para ofrecer versiones siempre muy maduradas. Se puede imaginar el lector que en esas décadas mi propuesta supuso una confrontación evidente con el modus operandi de intérpretes y programadores.

Foto: Suni Oh

Este año cumplen 35 años de andadura. ¿Considera que dichos objetivos están conseguidos? 

Los números hablan por sí mismos: Cosmos 21 tiene en su haber 316 obras estrenadas de cerca de 200 compositores, en su inmensa mayoría españoles. Y lo que es más importante, todas ellas las hemos reprogramado una media docena de veces como mínimo, sino muchas más. Esto supone un lujo para los autores, ya que en contadísimas ocasiones se reponen nuestros estrenos. Al tiempo, los apoyos necesarios del INAEM, Fundación SGAE, AIE y CAM vienen a reconocer nuestra labor.

¿Van a festejar de manera especial este aniversario? 

Las onomásticas especiales las hemos celebrado siempre con la participación de un artista plástico de prestigio que nos ha regalado una obra que hemos mostrado durante todo el lustro siguiente: carpetas de Gustavo Torner, colgantes de Ejthi Stih, vestuario de Manuel Prieto, escultura de Iraida Cano, etc. Este año pedimos a Manolo Rufo unas nuevas carpetas en las que, sobre un mapa estelar, trazase los caminos —a modo de rizomas aracnoides con epicentro en Madrid central— hasta las 48 salas en las que hemos actuado en la capital, las 88 ciudades españolas y los 10 países visitados en las giras de estas 35 temporadas de actividad. Igualmente hemos inaugurado un convenio con la Universidad Complutense de Madrid, que esperemos sea muy fructífero en el tiempo y en la creación de un público joven. Por supuesto, también ha sido un año de nutrida presencia de estrenos de compositores españoles: más de veinte.

En la actualidad, ¿quiénes forman parte del Grupo de manera estable? 

Desde la entrada en el nuevo milenio fijé el orgánico en una plantilla estable más rica en colores y posibilidades: violín, Emilio Sánchez; chelo, Raúl Pinillos; flautas, Vicente Martínez; clarinetes, David Arenas; saxos, Joaquín Franco; piano, Jesús Campo; pequeña percusión, Luisa Muñoz. Esta formación funciona como un cuarteto de cuerda y si se indispusiera un miembro antes de una actuación no podríamos dar el concierto. Por fortuna, nunca se ha dado esta situación en el medio millar que hemos ofrecido, lo que también define nuestro compromiso y seriedad. Además, nuestros colaboradores habituales son constantes en estos lustros, como el trombonista Elíes Hernandis el violista Thuan Do Minh, la mezzo Marina Makhmoutova o los improvisadoresJosep Lluís Galiana y Álvaro Barriuso. Imposible obviar el trabajo paralelo de músicos y amigos que, fuera de las luces del escenario, nos ayudan en el proyecto (Ángeles Flores, Nevenka Galán, Inma Calzado o Manuel Rico).

Foto: Suni Oh

Cosmos 21 ha llevado por todo el mundo su apoyo a la nueva creación española. ¿Qué valoración hace de la recepción del público hacia estas obras inéditas a lo largo de todos estos años de historia? 

En mi libro Topologías sonoras detallo con profusión la excelente respuesta que hemos encontrado siempre. La famosa frase de Berio de que ‘hay músicas y músicas y músicos y músicos’ creo que la cumplimos en su máxima expresión. Tanto trabajo de maduración, entrega y energía en el escenario y respeto hacia la música es percibido de inmediato por el público. La crítica igualmente siempre lo ha valorado como un hecho excepcional. Y, sobre todo, lo que más nos habla de la admiración hacia nuestro trabajo es la grandísima cantidad de compositores que todos los años nos confían sus estrenos. Como digo una y otra vez: esto último es nuestro mayor reconocimiento, nuestra principal medalla.

Colaboran estrechamente con los compositores y compositoras a los que les encargan las obras. ¿Qué aporta esta colaboración al resultado final de la obra?

Los compositores son siempre parte activa y participativa en todo el montaje. De hecho, siempre les invitamos a que acudan a cuantos ensayos quieran. Nuestra búsqueda es transmitir fielmente su mensaje y lograr lo que, en cierta ocasión, el compositor italiano Stefano Procaccioli nos escribía: ‘es la primera vez en mi carrera que no tengo absolutamente nada que corregir’.

¿Recuerda de manera especial alguno de estos estrenos?

Por norma, todo estreno siempre es un acontecimiento, un alumbramiento. ¿Existe algo más grande? Resaltar alguno sería injusto dentro de las más de las trescientas primicias mundiales, bien porque solo hemos hecho un estreno de un autor o porque se trata de un monográfico entero. Algunos destacan por nunca haberse subido al escenario (las divertidísimas músicas visuales de Mestres Quadreny), sus dimensiones escénicas (la presencia del grupo en el Teatro de la Zarzuela en mi monumental ópera a·Babel, Historias de un manicomio, entre un centenar largo de artistas), o por la carga dramática de unos textos demoledores (mi propio Cantico de amor del suicida con Pura María Martínez, en la Residencia de Estudiantes o el Auditorio Nacional de Música o Cosmogonía de Gabriel Fernández Álvez, con el magnetismo de Jesús Aladrén como recitador).

Desde sus orígenes, consideran el concierto como un espectáculo integral en el que unen diversas disciplinas. ¿Qué cree que aportan estos intercambios a la música? 

Son absolutamente esenciales para transmitir la viveza del lenguaje actual. Fuimos pioneros en Europa, y sin discusión en España, del tocar de pie, cuidar los movimientos escénicos, protocolo de saludos, los juegos de luces y el vestuario… En la actualidad muchos grupos nos han seguido y las salas ofrecen unos medios acordes a una puesta en escena propia del siglo XXI, pero en su momento, nos supuso muchas incomprensiones y hasta vetos. Es el peaje que hay que pagar por estar en la vanguardia. En Topologías sonoras lo detallo en el capítulo de las ‘Diez singularidades de las propuestas cósmicas’.

Dentro de sus ciclos propios, organizan en Madrid y diversas ciudades españolas ‘Músicas del Cosmos’. ¿Cuál es el hilo conductor de esta programación? 

Cada concierto siempre es original por tener una propuesta temática. Nunca un programa es una gavilla de obras inconexas pues existe un tema que las aúna (‘El humor en la música’, ‘Música especular’, ‘Microvisiones de la muerte’, ‘Los cuatro elementos’, ‘El flamenco y la clásica’, ‘Lecturas del tango o del jazz’, un largo etcétera, ya que cada año ofrecemos cuatro o cinco propuestas nuevas). Eso sí, en el intento de que cada concierto resulte muy vivo y dinámico, buscamos un máximo contraste entre obras y autores programados.

Asimismo, también mantienen un ciclo de conciertos anual que se llama ‘Conciertoencuentros.cosmos’. ¿En qué se diferencia del anterior?

Es evidente que entre los conciertos temáticos están los conciertos monográficos de autor, una ocasión única para acercarse de forma intensa y comprometida a nuestros creadores, muchos de los cuales reconocen que sus obras más transcendentales han sido escritas para el grupo. Destacan por su intencionada carga pedagógica las 28 entregas de los ‘Conciertoencuentros.cosmos’. En ellos se escucha una obra que, seguidamente, se disecciona con ejemplos en vivo, completándose el encuentro con algunas piezas más breves de su catálogo y un coloquio. En el decir del gran pedagogo Manuel Angulo: ‘nunca asistí a un acto tan formativo, informativo, entretenido y espectacular’.

Toda esta actividad se completa con la programación de ‘Solistas del cosmos’. ¿Qué tipo de espectáculo ofrecen bajo esta denominación? 

Cosmos 21 siempre ha contado con extraordinarios solistas en su plantilla, que han puesto su virtuosismo manifiesto al servicio de defender los siempre complicados solos de cada partitura actual. Pero el trabajo de empaste del grupo no ha sido óbice para que, al tiempo, estrenáramos dos concerti grossi precisamente de mi autoría (por desgracia, el fallecimiento de Ramón Barce y Gabriel Fernández Álvez impidió otros propuestos) y la creación de un ciclo (ya van 16 entregas) en las que uno de nuestros músicos o algún solista internacional invitado asuma el rol principal, lo que es también una ocasión excelente para ofrecer las grandes obras del siglo XX para su instrumento.

¿Cuáles son las metas que se han planteado para el futuro? 

John Cage afirmó que la música contemporánea no es la música ni del pasado ni del futuro, sino la música del presente. Obviamente quiero creer en la persistencia de nuestro lenguaje más comprometido, aunque los programadores y las corrientes sociales de la actualidad tiendan cada vez más a una música de consumo y entretenimiento, muy alejada de esos fines. Con todo, la sentencia del escritor californiano nos emplaza en la evidencia de que nuestro futuro pasa necesariamente por seguir manteniéndonos fieles a al compromiso de apoyar la música de los creadores, lo que incluye seguir editando discos (en la actualidad 22, incluyendo este año el lanzamiento de nuestra Colección ‘Infrecuentes’ con Liquen Records), facilitar el acercamiento a este lenguaje de prometedores intérpretes (Sotha Nakabayashi, Lucía Elías, Alberto Serradilla, Alejandro González, Marta Leiva, etc.) o seguir publicando nuestros librillos anuales de ‘Músicas del Cosmos’, con entrevistas a los creadores.

Era de esperar: Profesor de armonía y composición en el Conservatorio de Cuenca, compositor contemporáneo entre el impresionismo avanzado y el atonalismo, con una buena orientación stravinskiana, activista cultural por la memoria. Moreno Sabio tiene todas las bazas posibles para que se le dificulte llegar a un público suficiente en el panorama musical español…no así fuera de nuestras fronteras, como nos indican las más que informativas notas del disco.

 

Las piezas son interpretadas en directo por el magnífico Grupo Cosmos 21, madrileños dirigidos por Carlos Galán, pianista y ensayista musical, Catedrático de Improvisación en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.

 

Ha sido editado en una nueva serie de Liquen Records: Infrecuentes. No entro en el sentido de la palabra porque es domingo por la tarde y suelen ser horas de bajada anímica. Magnífica idea. De ser centroeuropeo el compositor se denominaría “frecuentes en nuestros auditorios” seguro.

 

Grabado en directo en junio de 2022 en Cuenca en sesión de homenaje a Moreno Sabio. Obras del compositor, la mayoría, de Mauricio Ohana, hispano francés, y de Hans Werner Henze ¿germano…cubano?

 

El comienzo del disco, sus cuatro primeras piezas, no pueden ser más definitorias y contundentes: Fuego en el Aire I y II, Comme des brouillards silencioux y Oda a los niños muertos. Las dos primeras parte de su segunda ópera La Desbandá, matanza que infringió la aviación italo alemana que ayudó a Franco en la guerra civil en 1936 y que causó cientos de muertos civiles en la carretera de Málaga a Almería al caer la ciudad en las garras de Queipo de Llano. Un hito luctuoso en esa lucha tan desigual.

 

Avanzan concierto y disco con obras de una instrumentación no tan abundante como las primeras: saxo, guitarra, piano, flauta, clarinete, violín en diversas combinaciones y estilos, desde aires flamencos – Tientos I,II,III– hasta sonoridades barrocas y clásicas – Sonatinas para flauta y piano I a III- improvisaciones, y aires musicales lusos y brasileños. Magnífico ambiente musical y riqueza interpretativa.

 

El bis nos trae de nuevo a la tragedia de la guerra civil, revisión de Fuego en el Aire, para que no olvidemos que somos capaces de las mayores maldades.

 

En definitiva, una magnífica carta de presentación de compositores con mucho talento que abundan en las instituciones educativo-musicales y que deben adquirir una mayor relevancia. ¿Nadie les espera?. Pues vivan las sorpresas y la valentía de discográficas como Liquen Records que les pone sobre el tapete.

 

Magnífica edición y muy completa documentación. Es de agradecer en un momento en el que ni en los vinilos incluyen las letras de las canciones.

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